EP5

19 MAR | 2004-2013
ENCARGO DEL EQUIPAMIENTO QUE CONTIENE UN SISTEMA DE COMUNICACIÓN VERTICAL (ESCALERA Y ASCENSOR). MOLL DE LLEVANT Nº270. MAHÓN, MENORCA. PB+5P. 144,51M2. (P174,77M2).

FOTO Descripción

1. EL LUGAR:

Terreno en dos alturas ubicado en una de las zonas más privilegiadas del Mahón portuario y urbano dominando el horizonte costero desde Sa Colársega hasta la Plana de Calafiguera.

2. LA RETÓRICA:

PRIMERO. El sólido que alberga el “sistema de comunicación vertical” permite la movilidad entre el nivel del mar y el nivel del acantilado. Recoge una escalera, un elevador y una infraestructura eléctrica sobrevenida que lo accidenta, impidiendo un desarrollo repetitivo de la escalera y limitando el frente disponible para el elevador. Su geometría y posición vienen determinadas por las siguientes directrices inamovibles: El retiro entre el alzado frontal de proa del edificio y el paseo marítimo. El retiro entre el alzado posterior de popa del edificio y el límite del talud. El retiro entre el alzado lateral de estribor del edificio y la medianera existente y consolidada. El retiro entre el alzado lateral de babor del edificio y la medianera existente no consolidada. SEGUNDO. El sólido se financia a través de un convenio que supone un emprendimiento privado en un terreno público con un presupuesto hondamente discreto, suscrito en una época de bonanza económica totalmente disipada durante la ilimitada tramitación administrativa, que prolonga su resolución y ejecución hasta alcanzar otra época, de recesión, en la que una compañía aérea decide felicitar la Navidad deseando un “próspero año en tiempos en los que incluso las estrellas parecen apagarse”. TERCERO. El sólido renuncia a la impostura derivada de cualquier simulacro de integración, aceptando la imposibilidad de formar un todo. De ahí que el estupor que acaso despida provenga de la contrastada tensión entre dos lógicas diversas: La estática abstracción geométrica (y humana) de lo artificial frente al mutante enigma amorfo (y divino) de lo natural. Simultáneamente, subyace la convicción de que sólo la ruina inhabitada puede llegar a sentirse como huella natural, resultando conmovedora la ausencia del hombre doméstico y la pudrición de su imprecisa industria. CUARTO. El sólido contiene una capacidad panorámica equitativa. Se logra desde la velocidad del elevador y también desde la pausa de la escalera. Ambos recorridos quedan enmarcados por muros que sintonizan con el talud. Estos muros desaparecen frontalmente (donde hay mucho que ver) y se expresan lateralmente (donde no hay nada que mirar). Dicho de otra manera: el estímulo frontal de arrojo visual hacia el mar promueve ligereza mientras, por oposición, el estímulo lateral de privacidad y clausura promueve pesadez. Todo culmina mediante un techo volado que lo protege como una capota. QUINTO. El sólido logra parecerse al material sensible que lo concibió, lo cual indica complicidad, entendimiento y condescendencia entre sus creadores y sus emprendedores. El tiempo y su pátina lo desdibujarán. Que se convierta en arquitectura no es probable si atendemos a la siguiente descripción atribuida a un pensador tan serio como Ludwig Wittgenstein: “La arquitectura existe para inmortalizar o glorificar alguna cosa. Así que mal puede haber arquitectura cuando no queda nada por glorificar”.

Nicolás Faedo Sáez.